El deseo por adelgazar conduce a la adicción
Autor:

Redacción Digital

Magaly por un año consumió la droga conocida como “H”. Quería verse esbelta y que su pareja no la dejara por otra, pero solo consiguió lucir macilenta.

La mujer, de 23 años, empezó su adicción por esta sustancia para dejar de ser obesa, pues conocidos de su barrio le hicieron creer que tendría ese efecto.

Ella compraba bolsitas de $ 1 y las metía en frascos de un conocido fármaco para perder peso, para hacerles creer a sus familiares que ella tomaba medicamentos.

Melissa, de 18 años, también encontró en este alcaloide (heroína) una salida para verse delgada. Creía que al consumirla evitaría verse como su madre, quien padece de sobrepeso.

La peligrosa dependencia la llevó a alejarse de sus compañeras del colegio y a abandonar los estudios. Para Melissa resultó fácil conseguirla, pero difícil dejarla. Cuando quiso detener el consumo no lo hizo por miedo a los síntomas de la abstinencia o “mona”. Este estado se caracteriza por dolores musculares y articulares, diarrea, vómitos, angustia y deseos suicidas.

Ambas jóvenes terminaron en un centro de rehabilitación para dejar el consumo. La H es una droga inteligente (procesada en laboratorios clandestinos) y altamente adictiva. “Les quita el apetito por los derivados de anfetaminas y químicos que producen inapetencia”.

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Otros usos

En los centros hay historias de jóvenes que se colocan gotas en los ojos y otros que se inyectan la sustancia derretida para sentir rápidamente los efectos. La droga elimina el apetito y simultáneamente causa daños neurológicos. Además, apaga las funciones de los ovarios, por lo que las jóvenes no menstrúan.

Fuente: eltelegrafo.com