El caso de la británica que reveló información confidencial para evitar la guerra de Irak
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Redacción Digital

"Secretos de Estado", película dirigida por Gavin Hood y protagonizada por Keira Knightley, narra la historia de Katherin Gunn, la británica que reveló un correo en el que Estados Unidos le pedía a Inglaterra cooperar para espiar a los delegados de los países que debían darle luz verde a la guerra que finalmente se desató en Irak.

Katherin Gun, una traductora que trabajaba en la Agencia de Inteligencia del Reino Unido (GCHQ) recibió en su bandeja de entrada la posibilidad de evitar una guerra. La oportunidad que le llegó al mail no quedó en su correo y salió de la institución impresa y escondida por ella, que se llevó la prueba de que Estados Unidos le estaba pidiendo ayuda al Reino Unido para que espiara a las delegaciones de seis países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU). ¿La razón? querían que apoyaran la guerra y lo planeaban lograr recolectando información que comprometiera a los delegados para forzarlos a que dieran luz verde para una invasión que justificarían con la excusa de que en ese país había armas nucleares escondidas.

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Gun, que tenía 28 años y se había convencido de que ser invisible sería la forma con la que se protegería de la atención excesiva, era tímida y reservada. Tenía una vida tranquila y hasta un poco resignada, ya que el trabajo que desempeñaba en la GCHQ lo había tomado porque no había conseguido ubicarse como linguista. Durante su plana cotidianidad le llegó una bomba que decidió hacer estallar. Imprimió el correo y se lo envió a un contacto que podía acceder a la prensa con facilidad. Después de varios días de espera, la información se publicó y ella solo pudo mantener su silencio durante dos días. Se confesó, pasó un día retenida y luego salió a defenderse de una cárcel que parecía inminente, ya que lo que había hecho la convertía en una traidora.

“Secretos de Estado”, la película que recrea esta historia, es un ejemplo más de los muchos que el arte nos ha narrado para volver a indignarnos. La historia de Gunn tuvo un buen desenlace para ella, ya que la Fiscalía de la Corona decidió no continuar con el proceso que pudo llevarla a prisión, pero no para Irak y los soldados que allí combatieron. La invasión se llevó a cabo y las armas nunca aparecieron.

Fuente: elespectador.com